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Iglesia de San Martín de Tours (B.I.C.)
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La Iglesia parroquial, de estilo gótico, renacentista y barroco (siglos XV-XVII), construida en piedra y con medidas propias de una catedral, está dedicada a San Martín de Tours (soldado romano desertor de las legiones en plena campaña de ofensiva sobre Worms, en el siglo IV, que llegó a ser obispo de Tours en Francia, por lo que es el evangelizador oficial de este país y su patrónimo más extendido), y constituye el principal signo de identidad de Aldeamayor de San Martín, junto a la amplia Plaza Mayor y a las ermitas de Nuestra Señora de Compasco y de San Roque.Se trata de un edificio notable de dos naves de piedra con dos etapas de construcción llevadas a cabo durante tres siglos debido a la inconstancia económica. A finales del siglo XV se levantaron la cabecera y la capilla situada junto a ella, contigua a la capilla mayor, en el lado de la Epístola, llamada de Santa Catalina, fundada por el bachiller Juan Fernández, cura de Aldeamayor y arcipreste de Fuentidueña, y concluida en 1497. La iglesia se cubre con bóvedas de crucería, que en la capilla mayor es de crucería estrellada, y en la de Santa Catalina de terceletes que, en los ángulos, en el arranque de los nervios, se decora con ángeles músicos. En el lado del Evangelio se abre un lucillo sepulcral con arco conopial y decoración gótica.Una segunda etapa de desarrollo debió emprenderse en la segunda mitad del siglo XVI, discurriendo las obras con lentitud, ya que todavía a comienzos del siglo XVII se estaban construyendo las naves de la iglesia y en 1623 aún no estaba terminado el cuerpo de ésta.A los pies, en el último tramo de la nave de la Epístola, se levantó la imponente torre, de buena cantería, que consta de dos cuerpos sobre zócalo; el inferior liso, y el superior perforado con arcos de medio punto en los frentes. Ésta se remata con antepechos abalaustrados, y sencillos pináculos, concluidos en 1566. A través de los libros de fábrica se documenta como obra del cantero Diego Cubillas, llamado "maestro de la torre".A finales del siglo XVI trabajan en la construcción de la iglesia varios maestros, como Francisco del Bado y, ya entrado el siglo XVII, Diego de Paves, dentro del estilo purista post-herreriano. En 1603 se manda al arquitecto que examinase la obra, trazas y condiciones para su conclusión; la ejecución corrió a cargo de Pedro de los Corrales, siendo reemplazado en 1610 por el maestro de cantería Pedro de la Vega. Por estos años finalizan las obras, construyéndose los pilares que separan ambas naves, las sobrias pilastras, los arcos de medio punto, y las cubiertas de bóvedas de arista, con puntas de diamante dentro de triángulos quebrados.En la cara oeste del templo se abre la portada, con sencillo arco, encuadrado por pilastras y entablamento sobre el que se coloca una hornacina que alberga una pequeña estatua de piedra de San Martín Obispo. Tan severa portada se construía en 1636, siendo la imagen de piedra colocada y labrada en 1736. En la puerta del sol, en la cara sur del templo, puede encontrarse un curioso reloj de sol del siglo XVII.Ya en el interior, el retablo mayor data del primer cuarto del siglo XVII, siendo reformado posteriormente en época neoclásica con pinturas de época, conservando los 16 lienzos del apostolado. El retablo del primer tramo del lado del Evangelio se remonta a principios del siglo XVII, con esculturas policromadas de las santas Lucía (s XVI) y Catalina (s. XVIII); el del segundo tramo es rococó, del siglo XVIII, con esculturas de época; y el del tercero, renacentista, finalizado en 1564, es el más notable de los conservados en la iglesia, con valiosas pinturas de la vida de la Virgen, de estilo manierista, atribuidas a Juan Tomás Celma, y dos esculturas de la Virgen con el Niño y el Padre Eterno. Ya en el lado de la Epístola se puede encontrar un retablo renacentista del último cuarto del siglo XVI, con bellas pinturas sobre tabla y esculturas de los siglos XVI a XVIII. En el Coro se halla una caja de órgano rococó, sin pintar, del siglo XVIII; y la Sacristía posee una cajonería del siglo XVI.La Iglesia de San Martín de Tours, al igual que su entorno de calles, plazas y espacios públicos colindantes, está declarada Bien de Interés Cultural (B.I.C.), con categoría de "Monumento", por Decreto 214/1997, de 29 de octubre, publicado en el B.O.E. número 285, de viernes 28 de noviembre de 1997 en su página 35.243 (fecha de incoación de 14 de mayo de 1979, en B.O.E. de 9 de julio de 1979), con la siguiente calificación: "notable edificio, originalmente debió tener una sola nave; en su construcción se distinguen varias etapas constructivas, desde finales del siglo XV, época a la que corresponde la cabecera, con crucería estrellada, hasta el siglo XVII, con la intervención de Diego de Praves, siguiendo patrones post-herrerianos", protegiendo asimismo su entorno de calles, plazas y espacios públicos, aspecto que fue ratificado posteriormente por el Plan General de Ordenación Urbana de Aldeamayor de San Martín al clasificarla con protección P1, por su singular valor arquitectónico e histórico.Así, sus joyas más notables son el recientemente restaurado retablo renacentista dedicado a Nuestra Señora (1561-1564) del lado del Evangelio, atribuido a la escuela de Alonso Berruguete; el retablo de Santa Catalina, del siglo XVI; y la cabeza de San Juan Bautista (1545), obra de Juan de Juni en madera policromada (33cm) durante su primer período vallisoletano, regalada a esta Iglesia por el notario vallisoletano don Bonifacio Oviedo, natural de Aldeamayor de San Martín, estando depositada actualmente en el Museo Diocesano y Catedralicio de Valladolid.Recientemente se han llevado a cabo diversas actuaciones de puesta en valor de la iglesia y su entorno, epicentro cultural aldeamayorense (en ellos, amén de los oficios religiosos, tienen lugar un certamen de música coral, actuaciones de grupos regionales de dulzaina, tamboril y bailes tradicionales,...); como la iluminación ornamental instalada en el verano de 2009, que permite divisar su esbelta torre desde varios kilómetros a la redonda; la sustitución del piso de madera; la rehabilitación del Cristo del Humilladero y del retablo del lado del Evangelio, acometidas en agosto y abril de 2006, respectivamente; o la reparación del reloj de la torre, en septiembre de 2005; preludio de otras que tanto anhelan los vientos de Aldeamayor, como volver a escuchar el tañer de sus campanas, o mejorar la subida al mirador de la torre.
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