Estas fibras y celulosas provocan, además de atascos que interrumpen el funcionamiento de la estación y producen malos olores, serias y costosas averías en las bombas allí instaladas. Por este motivo, tengo a bien trasladar estos hechos a todos los ciudadanos del municipio para que, en la medida de lo posible, eviten -y evitemos- verter en la red de saneamiento elementos tales como toallitas, trapos, pañales, compresas, gasas, bastoncillos de oído, preservativos, etc., puesto que éstos no se descomponen en contacto con el agua como la celulosa de la que está hecho el papel higiénico. Esta sencilla medida supondría un considerable ahorro a las arcas municipales, que podrían destinar dicha cantidad a la implementación de mejoras en el resto de infraestructuras hidráulicas del municipio, y además se evitarían posibles daños a los ecosistemas acuáticos de la zona.
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